Somos aquello que hemos sido.
Entiendo que mi fotografia es un destilado de besos y abrazos compartidos, de libros leidos y musicas interpretadas; de sensaciones vividas y de muchas noches en vela. Es todo aquello que soy, que fui.
Es el equipaje de vuelta en mis viajes a los confines de la percepcion.
Son las horas sentado sobre un zafú. Es mescalito y son las enseñanzas chamànicas.
Es el caminar por el umbral.
Por ello, me reconozco en mi fotografia y suelo huir de todo aquello que no me arrebate.
Siento que lo que veo es una amalgama de sensaciones, de percepciones, de realidades que se solapan y es lo que intento transmitir.
Solo me interesa disfrutar del momento, del "aqui y ahora". El "clic" no es un final. No es la culminacion de un proceso. Es simplemente "estar ahi". Es el dialogo entre el Shiki y el Shin, lo material y lo inmaterial. Es el pensar sin pensar.
Por todo ello es por lo que siento que mis imagenes llevan la esencia de los veintidós arcanos. De la sacerdotisa y la torre. Los enamorados y el mundo. Es el loco y el emperador. Y el sumo sacerdote, la torre, la estrella, la rueda de la fortuna, y el... y el mago!